Wednesday, December 30, 2015

No tiene techo propio y está a punto de ser desalojada Escuela musical errante celebra 40 aniversario

Sus aulas tienen por techo el cielo y tienen por ambiente aclimatado a la brisa de un cerro de la ciudad, allá en lo alto del mirador de Villa Pabón, en La Paz. A pesar de la adversidad, el instituto de formación tiene el título de Escuela Nacional de Música Luis Felipe Arce aunque su partida de nacimiento no tiene fecha exacta, lo único que se rescata de su historia son las cuatro décadas de un errante destino que lo lleva de un local a otro, aunque los maestros y padres de familia siguen siendo sus fieles seguidores.

“La escuela fue fundada en el año 1975, pero no existe una fecha exacta”, evoca la directora, Virginia Alba Cuba, que cita a las aulas del Instituto Americano, en la céntrica zona de San Pedro, como las primeras que cobijaron a docentes del Conservatorio Nacional de Música resueltos a enseñar la interpretación de instrumentos con calidad académica.

Hoy, la situación de la escuela es más precaria. Los maestros de la escuela República de China piden el desalojo de los estudiantes, maestros y sus instrumentos, deteriorados por los frecuentes traslados.

El nacimiento del centro especializado de educación llegó de la mano del profesor de música del Instituto Americano, Ricardo Villarroel, y fue ese establecimiento privado que ofreció aulas Pero pronto comenzaría un interminable peregrinaje por el edificio de Cetal, en plaza Isabel La Católica; luego a una vivienda de la calle Estados Unidos de Miraflores y posteriormente a la escuela Rafael Pabón. Pero un desencuentro con los maestros del turno de la tarde lo privó nuevamente de aulas. Las puertas le fueron cerradas con cadenas.

En 2007, los desalojados maestros y alumnos marcharon, con instrumentos bajo el brazo, hasta el colegio Junín de Miraflores, pero con el fallecimiento del propietario del inmueble tuvieron que marchar hasta la colina de Villa Pabón, donde ahora viven en incertidumbre.

MELODÍAS ANTE LA ADVERSIDAD

Las penurias no minaron la voluntad de los maestros y su calidad de enseñanza atrae a 300 alumnos divididos entre juveniles e infantiles, que reciben enseñanza en la ejecución de instrumentos y teoría. “Se fusiona pedagogía con música. Los profesores tienen títulos de licenciatura en sus áreas y ello les confiere calidad en la parte didáctica”, explica la directora.

Actualmente, los alumnos aprenden a tocar el piano, el violín, la guitarra y, además, obtienen conocimiento sobre teoría musical, práctica coral, etnomusicología, apreciación musical, entre otras especialidades.

La profesora Alba tiene como objetivo convertir a la Escuela en “institución referente para la formación artística y profesional”. Obtener un edificio propio y ampliar la formación en turnos de mañana, tarde y noche, además de incentivar el conocimiento musical entre niños y adultos mayores.

Un proyecto, con esos objetivos, fue presentado al Ministerio de Educación que, además, considera el pedido de actualización de la norma legal que otorga personalidad a la Escuela Nacional de Música Luis Felipe Arce, para ascenderla al grado de centro de formación superior. (Por: Adhemar Azcui)

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