Elizabeht Álvares Rivera, madre de tres hijos de quienes tiene la responsabilidad total de velar por su educación, se dirigió a las oficinas de Nuevo Sur, para denunciar públicamente el trato que estaría recibiendo por un instituto de lectura inteligente, el cual no acepta hacer el intercambio de beneficiarios, pese a que ella depositó el monto solicitado.
Los hijos de esta mujer, pagaron la oferta que efectuaba esta institución para inscribir dos personas por el pago de una matrícula. Hasta la fecha, sólo una de ellas, estaría asistiendo a los cursos.
Álvares recibió la oferta del instituto ‘Sudamericana Extensión Cultural Boliviana’ de lectura inteligente, con la oferta de pagar una matrícula beneficiando a 2 personas.
Una de sus hijas, se animó a invertir parte de sus ahorros para pasar el curso, y el hermano que está en la universidad, la otra mitad.
Al tener mayores obligaciones en la universidad, uno de sus hijos tuvo que desistir de participar del curso, razón por la cual, la madre determinó dar el cupo que ya estaba pagado a otra niña.
En marzo, solicitó intercambiar el cupo de su hijo por el ingreso de una de sus sobrinas, pero, la respuesta de aceptación llegó después de dos meses, la espera causó que su familiar no tenga el tiempo necesario para participar del mismo.
Fue por estos motivos que Álvarez solicitó que permitan ingresar a una niña ajena a la familia, la cual es de bajos recursos, con el cupo ya cancelado de su hijo. “Les dije que hicieran la excepción y me respondieron que no”.
Le respondieron que ya le dieron la opción de remplazar el cupo con un familiar, punto que no estaba en el contrato firmado por la beneficiaria.
La madre, lamentó que la entidad sea tan “cerrada”, al no permitir el ingreso de la niña, pese a que el cupo está cancelado.
Instituto: “No estaba en el contrato”
La administradora del Instituto Sudamericana Extensión Cultural Boliviana de Lectura Inteligente, Carla Fanor, sobre este caso explicó que en ninguna cláusula del contrato estaba la posibilidad de intercambio de beneficiario; pero, hicieron una excepción con Álvares.
Fanor, indicó que la respuesta para el intercambio demoró porque la central se encuentra ubicada en la ciudad de Santa Cruz, aunque, el cambio fue aceptado.
“En una de las cláusulas indica que no hacemos devolución, ni es transferible, antes de que firme la documentación, se les pregunta si los beneficiarios están conformes”.
La administradora mencionó que después de tres meses, se acercó la beneficiaria a la institución, indicando que uno de sus hijos no podía participar del curso.
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