Thursday, August 25, 2016

EHT revaloriza la cocina patrimonial

El arte culinario nuevamente brilló en el salón Las Sirenas del Titicaca, de la Primera Escuela de Hotelería y Turismo de Bolivia (EHT). Esta vez de la mano de 14 estudiantes extranjeros de último año de universidades de Colombia, República Dominicana y Perú, quienes participaron en el “2do. Taller Internacional de Gastronomía y Cocinas Patrimoniales de Bolivia”, y al final del curso pusieron en práctica el caudal de conocimientos, aplicados a bocaditos.

Cuatro stands perfectamente decorados mostraron recetas de la zona Andina, la Amazonia, el Chaco y la zona de los valles. “Los jóvenes se han sorteado y cada grupo ha preparado un stand con el apoyo de un profesor para poder interpretar en los bocaditos la gastronomía de cada uno de estos lugares. Es una manera gastronómica de concluir un taller tan importante”, comentó el director de la EHT, Guillermo Iraola Mendizábal, mientras se disponía a entregar los certificados del curso, los cuales convierten a los participantes en embajadores de la gastronomía boliviana como punto esencial del proyecto.

“Estas recetas se las puede considerar de autor porque son interpretaciones que ya están hechas de los platos tradicionales aplicados a bocaditos”, añadió Iraola.

Este programa, que lleva adelante la EHT, pone en relieve los aromas, sabores y texturas de productos endémicos, que se utilizan en recetas tradicionales de las diferentes regiones gastronómicas de nuestro territorio, las mismas que se realizan con técnicas propias y otras apropiadas que en conjunto conforman el patrimonio culinario nacional.

Al difundir este patrimonio se revaloriza la gastronomía boliviana en el mundo, además pone en relieve a nuestro territorio como centro genético de importantes alimentos como el maní, el ají, la quinua, la papa y el maíz, que hoy se utilizan en platos exitosos de nuestro acervo cultural culinario.

En el curso impartieron sus conocimientos personalidades como Fernando Cajías, Rita del Solar, Beatriz Rossells, importantes cocineros que han venido de Cochabamba, del Chaco, como Carmen de la Quintana, la chef Dora Camacho, además Julio Ulloa, propietario de jamones Ulloa de Tarija, y Ubaldo Rojas, de Santa Cruz.

“Lo que a muchos les llama la atención es que, como producto de esta fusión, los sabores son condimentados con fuerza, manteniendo la herencia española de la época medieval y el uso indiscriminado de ingredientes y técnicas, que hacen gala de una cocina eclética que transmite la multiculturalidad de Bolivia.

Iraola dijo que así se difunde la gastronomía boliviana al mundo, con investigación permanente y puesta en valor de nuestro acervo cultural culinario, enseñando a las nuevas generaciones de los países hermanos, la importancia de preservar estas preparaciones como parte esencial del patrimonio continental Americano.

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