Tuesday, May 27, 2014

CEFIM, 25 años dando educación a miles de mujeres en La Paz

En su cocina los anhelos de las jóvenes se mezclan todos los días con los ingredientes culinarios y en sus clases su deseo de trabajar con niños y ancianos se hace realidad. Una idea que nació hace 25 años como un centro de ayuda para mujeres, que llegaban a La Paz desde el área rural, es hoy un instituto que las forma como técnicos superiores.
El Centro de Formación Integral para la Mujer (CEFIM) surgió hace un cuarto de siglo para convertirse en una institución que ofrecía mano de obra calificada en el cuidado de niños y personas de la tercera edad, además del servicio de atención de restaurantes y hoteles.
El siguiente paso fue brindar la formación a nivel técnico medio. Desde 2013, tras cambiar su programa a técnico superior, el centro se convirtió en un instituto técnico de dos carreras: Administración de Servicios Pediátricos y Geriátricos y Administración en Servicios Gastronómicos.
"Nació con el objetivo de que las mujeres den un salto importante en su vida en la parte social, económica laboral, profesional y que no necesiten gastar mucho dinero para eso. El CEFIM beca en 50% a todas las alumnas que se inscriben, el otro 50% nosotros lo conseguimos a través de actividades propias”, manifiesta la directora general del Instituto Técnico de CEFIM, Elizabeth Wilde.

La venta de los productos que se elaboran en las clases sirve para coadyuvar al financiamiento. Cuentan además con un grupo de señoras y madrinas que ayudan económicamente a las estudiantes.
A ello se suma la realización de cursos y talleres externos, la cooperación en instituciones nacionales e internacionales y el alquiler de sus ambientes.
"Era mi sueño”
Son las 8:30 y las alumnas comienzan a llegar a las clases. En los cuatro pisos de una casa antigua -que fue totalmente restaurada-, ubicada en la avenida Saavedra, en Miraflores, se inicia el día académico.
Lidia Huayhua, de 19 años, que ha llegado desde El Alto, se viste de blanco. Como ella, 300 mujeres asisten a clases todos los días.

En la cocina, que nada tiene que envidiar a la de un hotel o restaurante internacional, Lidia prepara varias recetas de pastelería. Está en el segundo año de la carrera de Administración en Servicios Gastronómicos, sólo le falta uno. Tiene dos hermanos menores; su mamá la apoya en todo, su papá es otra historia.

"Desde que estaba en colegio era mi sueño estudiar gastronomía. No sabía dónde, busqué varios institutos pero eran muy caros (...). Mi papá quería que estudie informática, pero era muy lógico todo y demasiado estresante, no era lo mío”, cuenta.

En otro piso, cerca de la biblioteca y la sala de computación, Michelle Zambrana, de 21 años, está dando una prueba que tiene que ver con el lenguaje de señas. Estudia Administración en Servicios Pediátricos y Geriátricos. Según cuenta, es su vocación.

Le encantan los niños, aunque es soltera y no tiene hijos. Pronto empezará a hacer sus pasantías.

"Tengo el apoyo de mi familia y realmente es lo que hoy amo hacer y me gustaría abrir una guardería”, detalla.

Como ellas y hasta 2013, y durante 24 años, 3.678 mujeres lograron graduarse de la institución.

Según explica Wilde, las carreras no sólo se abocan a la gastronomía, cuidar niños o personas de la tercera edad, sino a brindar servicios y darles la fuerza y el valor a las mujeres para que establezcan emprendimientos propios que brinden atención integral. Por ello, durante la carrera se cursa administración, leyes laborales, investigación de mercados, entre otras áreas.
Nuevas profesiones

De manera transversal, el instituto, según explica su directora, forma a las alumnas en valores que coinciden con la Iglesia Católica, lo que no es impedimento ni requisito para que ellas sean parte de la institución.
El CEFIM cuenta además con un departamento abocado al tema de pasantías y una bolsa laboral. En alrededor de 90 instituciones las alumnas hacen sus prácticas. En 2013, el 75% de las pasantes se quedó a trabajar formalmente en dichas entidades.
Por otro lado, las alumnas del CEFIM -cuyas edades oscilan entre los 18 y 38 años- cuentan con tutoras que las guían y asesoran para que concluyan sus estudios. Ello debido a que las alumnas pueden necesitar un apoyo y contención.
"Las acompañamos en su aprendizaje. A veces son mujeres que están a cargo de sus hijos solas y las tutoras las animan para que se organicen y salgan adelante”, cuenta Wilde.

Actualmente se analiza abrir las carreras de enfermería y diseño de modas, siempre con el objetivo de darles oportunidades a las mujeres para que emprendan un negocio propio, como lo hacen desde hace un cuarto de siglo.

"Desde que estaba en colegio era mi sueño estudiar gastronomía. No sabía dónde, busqué varios institutos pero eran muy caros”.
Lidia Huayhua, alumna

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