Monday, November 21, 2016

Man Césped, la academia de música con disciplina japonesa

En una de las salas de la Academia de Música Man Césped se escucha la Oda a la Tierra, una composición en homenaje a las víctimas de Nagasaki.

Casi un centenar de jóvenes interpretan la obra, dirigidos por Koichi Fujii, un japonés que fue enviado a Bolivia en 1989 por la Cooperación Internacional de Japón (JICA), para colaborar con el Conservatorio Nacional de Música de La Paz. Él inculca a sus estudiantes una disciplina, que trae desde su país, basada en la responsabilidad y la concentración.

Koichi se mudó a Cochabamba en 1994 y desde 1997 es director de la Academia Nacional de Música Man Césped: "A mí me da vergüenza decir esto, pero en 1997 cuando me solicitaron los padres, profesores y del Gobierno para que yo me encargue de esta academia, lo primero que pensé es que ésta es la única institución pública de educación especializada en música en el departamento de Cochabamba y tiene que tener diferente carácter que otras escuelas privadas”, indica Fujii, quien pretende darle orientación a nivel personal a sus alumnos.

En el recinto se observan a infantes escuchando música en pequeños monitores personales. Existen salas particulares donde los niños y jóvenes practican de manera individual diferentes instrumentos. La infraestructura de la academia es inmensa, tiene seis bloques, 60 salas académicas en una superficie de 6.280 metros cuadrados.

Mediante la Colaboración del Pueblo Japonés, como parte de la Cooperación Financiera no Reembolsable Cultural, la academia recibió un total de 3.734.882 dólares para mejorar la infraestructura del establecimiento, donde actualmente estudian 500 alumnos.

"Hace 19 años que desarrollamos el trabajo. Cada materia está enfocada para que fortalezca la personalidad de cada alumno y así también la concentración, constancia, dedicación, sensibilidad y tener metas en cada trabajo, no trabajar por trabajar”, afirma el director.

¿Qué es disciplina?

Durante los primeros años de Fujji como director, muchos padres se quejaban por el estricto método que imponía el japonés. Sin embargo, pasaron los años y fueron los mismos progenitores quienes agradecieron al músico por inculcar disciplina a sus hijos: "La disciplina en música necesita concentración y dedicación, no importa si salen músicos en un futuro, sino que sean profesionales eficientes y responsables”, indica enfático.

Otro aspecto a tomar en cuenta es el tema de la licenciatura. Según Fujii, en la Ley Avelino Siñani se omitió un aspecto clave que tiene que ver con la imposibilidad de los alumnos de Man Césped de acceder a una licenciatura, los cuales al llegar a determinada edad optan por diferentes carreras universitarias, dejando de lado su carrera de música.

El japonés exige que se acredite a la academia: "Como no hay esto sólo se comprenden una o dos -academias, escuelas de música- en Bolivia; corregir una ley es complicado”, expresa.

Para Koichi, para aprender música, se tiene que interpretar en público, y es por eso que los estudiantes deben tocar en público un par de veces al año: "Cumplimos con 60 conciertos al año en el escenario, para que los alumnos se presenten dos veces por año tocando dos canciones para el público”, indica. Por otro lado, Man Césped, que está ligada a la música sinfónica, también inculca música folclórica y autóctona, eso sí, leyendo partituras, "no siendo interpretada de oído”, como recalca Koichi Fujii.

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