Monday, September 12, 2016

Historia orquestal desde el Instituto Laredo

ranklin Anaya Giorgis (*)

El año 1979, un joven boliviano tenía entre sus manos una magnífica composición propia. Con 20 años de edad, Agustín Fernández Sánchez, compositor nacido en Cochabamba y hoy radicado en el Reino Unido, había culminado una obra que para nosotros tiene mucha significación, “Misa de Corpus Christi” para Orquesta Sinfónica, Coro Polifónico y Barítono. No fue posible estrenar esta bella obra en Cochabamba sino hasta el año 2010, porque nuestra ciudad no contaba entonces con los músicos suficientes para conformar una Orquesta Sinfónica, por lo que se estrenó en el Teatro Municipal de la ciudad La Paz, con el apoyo del mejor Coro de Niños de Bolivia: los Niños Cantores del Valle.

En lugar de una Orquesta Sinfónica, se organizaban agrupaciones y ensambles musicales, y salvo algún esfuerzo esporádico, no se podía llegar a concretar una agrupación musical de tal magnitud. Aquellos ensambles en Cochabamba de inicios de los ‘70, las zarzuelas producidas y dirigidas por el maestro Gabriel Ángel García, músico español que llegaba al Instituto Eduardo Laredo (IEL), que hizo arreglos y adaptaciones para presentar obras como “La Verbena de la Paloma”, “Agua Azucarillos y Aguardiente”, “El Hombre de la Mancha”, “Katiuska” y otros.

Comenzaban los ‘80 y es importante resaltar la llegada del maestro Leonardo Sa (+) y su esposa, bachiller del IEL, y posteriormente profesionalizada en Brasil, actual directora de la Orquesta Sinfónica Infantil del Instituto Laredo, la maestra Noemí Uzeda. Ellos, con los geniales arreglos y adaptaciones de Leo, pusieron en marcha una serie de obras para los instrumentistas con los que se contaba en Cochabamba, específicamente en el Laredo.

Obras como “El Rito”, interpretadas por docentes y estudiantes del IEL, contó con cuerdas vientos y percusión, obra además para coro y solistas. Se componía para lo que se contaba en instrumentistas, es decir, para lo que había, y en este sentido Leonardo escribió una serie de composiciones para la estructura de instrumentos con la que se disponía en aquel tiempo. Obras para clarinete, saxofón, violín, viola y cello, o combinaciones de violín y oboe, eran escuchadas en Cochabamba.

Es entonces con este impulso que se forma por vez primera un grupo orquestal estable, solo de cuerdas, en el Instituto Laredo. Éste fue organizado a mediados de los años ‘80 por el maestro Aldo Martínez, actual profesor del IEL, llegando incluso el año 1986 a poner en escena el “Gloria” de Vivaldi, que ya incluye vientos, trompeta y oboe.

Más tarde, a fines de la década, se haría cargo de este grupo orquestal el maestro pianista Emilio Aliss, entonces subdirector de la sección Artes del Instituto Laredo, quien incorporó vientos –maderas y bronces, y percusión– y realizó algunas giras importantes al exterior (Chile) y al interior del país.

A inicios de 1990, el maestro Álvaro Cadima, que llegaba de profesionalizarse en Brasil en clarinete y dirección orquestal, asumió la dirección de la Orquesta del Instituto Laredo, y el año 1991 llegaba a trabajar en esta institución Hiroshi Kagawa, quien asumió la dirección hasta el año 1993, periodo en que Cadima se especializaba en Italia. A su regreso, Álvaro Cadima y el maestro japonés –que realizó la orquestación–, presentan en Cochabamba la zarzuela “Katiuska”, y ahora sí con la conformación de una Orquesta Sinfónica; aunque aún con la falta de algunos vientos como fagotes y cornos franceses.

En esta década, el IEL comenzó a desarrollar programas de estudios sistemáticos, no sólo en instrumentos de cuerdas, sino en instrumentos de vientos, por lo que comenzaba a conformarse una malla curricular consistente para la formación de artistas músicos, porque sobre todo se comenzó a contar con profesores capaces para ello. Un claro ejemplo y piedra fundamental para entender la creación o conformación de los actuales grupos orquestales en Cochabamba fue la creación de la Orquesta de Niños por Álvaro Cadima y Miriam Stambuk, en el año 1991. Esto no solamente permitió la consolidación futura de la Orquesta Sinfónica Juvenil del Instituto, sino que muchos proyectos satélites al IEL, que contaban también con músicos de otro origen formativo al Instituto, se desarrollen poco a poco.

Finalmente, se completan los vientos como se debe, integrando por fin maderas y bronces a la Orquesta, lo que permitió, bajo la conducción de Álvaro Cadima, la puesta en escena de varias obras importantes. Esta orquesta derivó en el proyecto de la Orquesta de Cámara Municipal, conformada por exalumnos y estudiantes avanzados del IEL, a los que se suman músicos de otras partes.

La Orquesta Municipal, como programa de la entonces Oficialía Mayor de Cultura, junto a los programas de Orquestales de Vientos incorpora el concurso importante del actual director de la Academia Man Césped, el maestro de origen japonés Koichi Fujii, a quien más de una institución le debe estar agradecida por su desprendimiento y entrega al desarrollo artístico cultural.

De todas formas, hasta la fecha, nunca se ha podido sostener, desde el Municipio, una orquesta estable, siempre ha fracasado por dificultades administrativas dignas de la pluma de Kafka. La Orquesta de Cámara Municipal se dividió, quedando en la Dirección el maestro Giovanni Silva –actual Director del Programa de Licenciatura en Música de San Simón–. Por otra parte, Augusto Guzmán conformó, con auspicio de la Fundación Arnoldo Schwimmer, la Camerata Concertante.

Siempre los factores importantes han sido iniciativas privadas o fundacionales, como ejemplifica el concurso de la Fundación Schwimmer, a través de la pianista Elizabeth Schwimmer, que financió los siguientes años a esta Orquesta de Vientos, la cual se vio fortalecida por los procesos desarrollados por el maestro Edgar Wolf, a fines de los ‘90 en el IEL.

Mientras tanto, la Orquesta Base Juvenil continuaba en el Instituto como una dimensión de carácter académico y formativo. Cadima dirigía ambas orquestas (Municipal y Laredo), pero alrededor del año 1997 se hace cargo de la Orquesta Juvenil del IEL el maestro Augusto Guzmán, hasta el año 2000, y hasta el 2006 ocupa el lugar titular el maestro Giovanni Silva, año en que nuevamente es nombrado director de la Orquesta Sinfónica Juvenil Augusto Guzmán.

El Instituto Eduardo Laredo, desde inicios de la década del 2000 ha consolidado, de manera programática y sistemática, dos orquestas infantiles, una de cuerdas y otra de vientos, y dos orquestas juveniles, una de vientos y una Orquesta Sinfónica. También se ha convertido en el semillero y estructura de otras orquestas sinfónicas en Cochabamba, como la Filarmónica de Cochabamba, que dirige Guzmán. Ahora el IEL desarrolla un importante proyecto, la Orquesta Académica Boliviana, que en convenio con la Fundación Bravura ha conformado una orquesta de estudios que en sus presentaciones conforma la gigantesca Orquesta Filarmónica Boliviana, bajo la dirección de Miguel Ángel Salazar Hidalgo, bachiller del IEL que apenas cuenta con 30 años.

El IEL ha desarrollado un sistema de formación artística que poco a poco se ha alimentado a sí mismo desde su experiencia para fortalecer y desarrollar cultura musical, no solamente en Cochabamba, sino en Bolivia entera, la misma Sinfónica Nacional y el Conservatorio, cuenta con gran número de exalumnos del IEL.

El Instituto Eduardo Laredo es Patrimonio Cultural de Bolivia por Ley 123, y es un orgullo de los cochabambinos.



“El Instituto Eduardo Laredo, desde inicios de la década del 2000 ha consolidado, de manera programática y sistemática, dos orquestas infantiles, una de cuerdas y otra de vientos, y dos orquestas juveniles, una de vientos y una Orquesta Sinfónica.”



(*) El autor es psicólogo y director del Instituto Laredo.

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